Nunca se piensa en llegar tan pronto a los 65 años, es como llegar de golpe a una estación, o a un aeropuerto con billete solo de ida, de un largo viaje. ¿Y, ahora que…? Después de tan largo y, de tan corto recorrido llegas a tu destino lleno de vivencias, de experiencia de la vida y. más si eres viajante.Cuarenta años vendiendo por este mundo, es la mejor escuela para aprender psicología, para conocer los entresijos del ser humano, y que sería digno de mencionar, de relatar si llega el caso, pero esto sería labor de un libro que esta profesión bien se merece, y que quizá algún soñador como yo pudiera contar algún día.La levedad de la vida a penas nos da tiempo de disfrutar de tanta belleza que nos rodea, de toda la armonía que palpita y que derrocha todo el paisaje, por el que tantos años he discurrido. Todas las buenas y malas vivencias, todos los buenos recuerdos de tantas personas que ya desaparecieron , y en su memoria evocar a tantos comerciantes, panaderos y pasteleros, gente trabajadora con los que me unía amistad y respeto, hacer una foto interna (ahora que se ha puesto de moda recordar el pasado, como ese maravilloso libro de Javier Rodríguez “El perfume del alma) un tiempo pasado que tiene ineludiblemente la base que a todos nos ha traído hasta aquí.Yo no se si el júbilo del jubilado es tal, si uno no tiene un gran motivo de levantarse de la cama para hacer algo que te ilusione, que tenga un sentido y te llene cada día en ese futuro que ahora empieza, para quien desee revestirse de valor y de rejuvenecimiento. Antes que nos visite esa inexorable dama misteriosa que te obliga a entrar en su morada.Desde esta carta abierta invito a viajantes y no viajantes, a la ilusión de vivir, de meter en la mochila de la sensibilidad lo mejor de uno mismo, para no dejarse atrapar por esta sociedad tan vacía, tan llena de cosas absurdas que te esclavizan y, que va haciendo víctima de la soledad.Ahora es un buen momento para saber continuar alegre y feliz, a las puertas de la tercera edad y, que ahora, si nos cuidamos un poco tenemos el premio de una cuarta, siempre que nos aguanten bien la pensión de la seguridad social, por eso se llama seguridad, que además en esta Argentina tan alegre, nos quieren contentos y bailarines de salón en los viajes del inserso.No es una bicoca llegar a viejo, es un sueño de plenitud. Lo que se pierde en frondosidad se gana en profundidad. Ver los toros desde la barreara estando casi en el ruedo. Ahora hay tiempo de hacer todo lo que a uno le gusta, viajar por placer, hacer voluntariado para ser más humanos, para sentir el premio que Dios nos da por hacer el bien, por compartir con nuestra santa, con más calor esta vida, que no es más que un corto recreo de niños mayores, pero con alma voladora. En fin, impulsar las tertulias, querernos algo más sin egoísmos. El dinero no es más que un medio, no el fin de acumular, que de mayores a todos nos gusta demasiado. Es mejor ser que tener, ser rico de corazón, que ser un pobre que sólo tiene dinero, porque al final casi todos nos empeñamos y, a veces lo conseguimos ser los más ricos del cementerio. GRACIAS CHAPU.
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